"Yo quiero tener un millón de amigos". La inmortal letra de Roberto Carlos señala un hecho muy simple: todos queremos tener muchos amigos, todos queremos tener personas que nos aprecien, nos hagan compañia y esten con nosotros.
Por eso, cuando llega el verano a Lerida lo primero que hacemos es limpiar la piscina, llenarla de agua, preparar las bebidas y avisarle a nuestros amigos que ya pueden visitarnos, que esta todo preparado y listos para recibirlos.
Y, por supuesto, esos amigos vienen, vienen a nosotros, vienen a disfrutar de nuestra piscina, de nuestras bebidas, de todo aquello que tenemos para ofrecerle, incluida nuestra amistad, esa amistad que ellos deberian apreciar sinceramente, de todo corazón.
Sin embargo, lamentablemente, la vida no es una historia de Hollywood, una historia lacrimosa de Hollyood, y por esa razon, esos amigos que no se cansan de cantarnos alabanzas sobre lo bueno que somos para ellos, alabanzas que, demas esta decirlo, acaban cuando se acaba el verano y es hora de cambiar el agua de la piscina, de cerrarla porque caen hojas, porque los animales deciden que ese rectangulo que hasta hace poco estuvo lleno de agua y gente es bueno para poner sus nidos...
Para evitar esa clase de situaciones lo mejor es ser inteligente, previsor y saber a quien acudir cuando surgen los problemas. Prevencion, como siempre, es una palabra que debe ser dicha, pensada y aplicada a tiempo.
En una palabra: para solucionar esa clase de problemas la unica opcion es Ingerpool, una empresa especializada en la fabricacion de cubiertas para piscinas. Ingerpool fabrica las mejores cubiertas de piscina del mercado, ideales para tiempos como los actuales, donde el clima del presente puede arruinar las vacaciones y chapuzones del futuro.
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